Siempre he sido una loca de la decoración.

Sin embargo, la mayoría de mis proyectos no terminaban de funcionar.

 

Buscaba ideas e imágenes inspiradoras en blogs de decoración, revistas y libros.

Copiaba las ideas de otros en mi casa, pero el resultado pocas veces era el deseado.

 

No entendía por qué mis piezas no encajaban igual que en la foto.

 

Empeñada en lograr proyectos exitosos, empecé a investigar sobre decoración.

Y me obsesioné.

 

Investigué todos los estilos decorativos y como combinarlos con éxito.

Quise ir más allá y desvelar los secretos de los grandes decoradores.

Quería para mí su capacidad de crear determinados estados de ánimo, emociones, y crear casas con alma, que reflejen su historia.

Que sean el espejo de la forma de ser y vivir de sus habitantes.

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Pero todo ese proceso en realidad me sirvió para trabajar en descubrirme a mi misma. En conocerme mejor y quererme más. Buscando la belleza en las cosas que me rodeaban, encontré mi propia belleza interior.

 

Ya no solo quería ayudar a crear casas bonitas.

Quería ayudar a otros a redescubrirse y reconocerse a sí mismos, a través del proceso de decoración de su propio hogar.

 

No buscaba sólo ser una excelente decoradora.

Quería acompañar a otras personas en el proceso de aprender a plasmar su propia personalidad y belleza interior, en en interior de sus hogares. A ser sus propios decoradores.

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No soñaba con crear casas de revista, por la simple belleza de lo estético, sino por la felicidad que da sentirnos representados y rodeados de las cosas que amamos, en el lugar donde todos pasamos más horas horas a lo largo de nuestra vida: nuestro hogar.

 

En 2018 empecé con mi canal de YouTube, La Academia de Decoración, para ayudar a otras personas en mi situación.

 

Con el paso del tiempo me di cuenta, de que mi trabajo en YouTube se había convertido en otra fuente más de inspiración para mis seguidores, pero no era suficiente.

Yo deseaba otra cosa. Quería poderles facilitar más el proceso de crecimiento personal a través de la decoración.

No aspiraba a ser una gurú con inspiración, quería acompañarlos hacia una vida más feliz.

Y lograr que realmente tuviesen el control sobre sus proyectos de decoración, y saber tomar las decisiones correctas para conectar con sus hogares al máximo.

 

Estructuré toda mi experiencia en un método.

Y desde entonces enseño a quienes desean un hogar donde se vean reflejados. Que les haga vibrar.

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Pero no sólo eso: les doy las herramientas necesarias  para lograr que su hogar evolucione con ellos.

Que se enamoren de él y que esa relación de amor sea para toda la vida.

Al fin y al cabo, si tu hogar no te gusta o deja de gustarte o de representarte, siempre vas a poder cambiarlo, moldearlo, renovarlo, o refrescarlo, para que vuelva a conectar contigo y te vuelvas a enamorar de él.

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Trabajar en nuestro hogar es trabajar en conocernos a nosotros mismos. Es ¡super terapéutico!

Sólo si nos conocemos bien, sabremos amarnos a nosotros mismos. Querernos, cuidarnos y respetarnos.

Y si nos amamos a nosotros, entonces, podremos amar de verdad a otras personas (pareja, hijos, familia, amigos...)

 

Por eso pienso que  invertir energía, tiempo y dedicación en crear un hogar que nos haga felices, es de las mejores cosas que podemos hacer. ¿Te has parado a pensar cuánto tiempo pasas en tu hogar?

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María González Revuelta

Decoradora y creadora de La Academia de Decoración

Mentor de El Método de La Academia de Decoración

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